¿Para qué sirve un acompañante terapéutico?
Muchas personas hablan de ello, pero ¿De qué se trata realmente? ¿Para qué sirve? ¿Cómo puede ayudar?
¿Qué es un acompañamiento terapéutico?
Se trata de una estrategia terapéutica para ayudar a sostener la continuidad en los tratamientos, ambulatorios o no mediante la contención y asistencia al paciente y muchas veces a su familia. Además, favorece el desarrollo de la iniciativa y la voluntad, que pueden ser débiles, en algunos casos y contribuye a la realización de actividades de la vida cotidiana que la persona no realiza por sí misma. La decisión de contar con un acompañante o no es siempre propia, si bien un especialista le puede recomendar que trabaje con uno, la decisión de hacrelo o no, es siempre de la persona.
¿Quién lo realiza?
Lo realiza un acompañante terapéutico, alguien que se prepara, en su proceso de formación, para abordar una amplia diversidad de patologías. El acompañante forma parte de un equipo terapéutico, que orienta su tarea y recomienda pautas para cada caso en particular.
¿Quién puede necesitar acompañamiento terapéutico?
La prestación de acompañamiento terapéutico está destinada a niños, jóvenes, adultos y adultos mayores con diferentes patologías y problemáticas. En el ámbito de la educación, por ejemplo, ha demostrado aportar grandes beneficios en la integración de niños ‘especiales’ a la escuela común. Se aplica en personas con trastornos psicológicos (como: depresión, ataques de pánico, trastornos psicóticos, etc.), con problemas neurológicos (parálisis cerebrales, discapacidades en general), con padecimientos compulsivos (bulimia, anorexia, obesidad, adicciones, violencia, tendencia suicida) y en todas las enfermedades crónicas.
¿Dónde lo hace?
El acompañante terapéutico se relaciona con su acompañado en distintos ámbitos de la vida cotidiana: domicilio, instituciones de salud, de descanso, recreativas, educativas, etc.; así como también en el afuera, a través de la realización de diversas actividades propuestas por el equipo terapéutico de acuerdo a la marcha del proceso de tratamiento.
¿Cuáles son sus funciones?
Sus funciones más destacadas son:
- 1. Motivar la continuidad de los tratamientos, acompañando los vaivenes emocionales del paciente en relación al mismo, haciendo presente la lógica del tratamiento en lo cotidiano del acompañado y promoviendo la resiliencia humana y la planificación de la esperanza.
- 2. Favorecer el intercambio con el medio social, funcionando como un semejante con quien compartir actividades recreativas, laborales y/o educativas, ofreciendo presencias en los lugares donde el acompañado desarrolla sus actividades, realizando salidas a la vía publica y creando nuevos contextos de desarrollo para el paciente.
- 3. Ofrecer un espacio de diálogo donde lo subjetivo se pueda expresar a través de la palabra, acompañando con una escucha empática.
- 4. Acompañar al paciente y a su familia en sus cuadros afectivos, mediando en posibles situaciones de conflicto, apuntando a generar convergencia.
- 5. Promover calidad y estilo de vida, reduciendo factores de riesgo y potenciando factores protectores.
- 6. Fomentar la capacidad creativa del paciente, favoreciendo una adaptación activa y aportándole una vía de expresión.
- 7. Favorecer el desarrollo de las potencialidades sanas del paciente, potenciando las posibilidades y capacidades del sujeto y apoyando en lo anímico y lo concreto la realización de actividades.
- 8. Cooperar con la construcción de una cotidianidad y un vínculo beneficioso para el paciente, otorgando un espacio más de producción subjetiva.
- 9. Facilitar las condiciones que le permitan el diseño de hábitos sanos.
- 10. Limitar en situaciones interpersonales en donde el paciente pueda resultar perjudicado.
El acompañante terapéutico: el sostén para salir adelante
- • La contención es fundamental y constituye la primera función del acompañante terapéutico, cualquiera sea el momento del proceso en que se hallen los pacientes. El acompañante terapéutico se ofrece como sostén, auxiliando al paciente en su imposibilidad de delimitarse a si mismo. Acompaña y ampara al paciente en su desvalimiento, su angustia, sus miedos, su desesperanza, e incluso en aquellos momentos de mayor equilibrio.
- • El acompañante terapéutico es para su paciente un “referente”, incluyéndose como tercero, opera en el vínculo a la manera de organizador psíquico que lo ayuda a regularse.
- • Registra y ayuda a desplegar la capacidad creativa del paciente: la canalización de las inquietudes del paciente cumple un doble objetivo: sirve para liberar la capacidad creativa y tiende a la estructuración de la personalidad alrededor de un eje organizador.
- • Aporta una mirada ampliada del mundo objetivo del paciente: el acompañante terapéutico dispondrá de información ampliada sobre su modo de desenvolverse en ámbitos diversos, sobre los vínculos que mantiene con los miembros de la familia, el tipo de personas con las que prefiere relacionarse, las emociones que lo dominan.
Fuente: S. Kuras de Mauer y S. Resnizky.
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